Miro
tus enormes ojos arábicos.
Me
mantienen sereno
cuando
lo único que quiero
es
volverme loco entre tus piernas.
Desabrocharnos
deprisa,
besarnos
despacio.
Deprisa,
como el pasar del tiempo.
Despacio,
como el corrernos…
Me
reclama el carnicero dorado del deseo
cuando
necesita genero fresco.
No
quiero un amor
si no me desgarra la piel.
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